Todo viene de amarme a mi mismo, amar mi cuerpo y hacer las paces con el proceso de envejecimiento. No puedo hacer nada bien a largo plazo sin amarme a mi mismo primero. Cuando me amo a mi mismo, cuido mi cuerpo y cuido lo que le pongo encima. También cuido los pensamientos que elijo pensar. De esa manera, todo lo vuelvo positivo. Disfruto cada etapa de mi vida y recuerdo lo mejor de ella. ¿Quien dice que ser viejo no puede ser maravilloso? Si es mi presente, depende de mi ser feliz en esa etapa.

«Parte de la sabiduría de envejecer es encontrar gozo aún en las situaciones simples. Cuando vivimos nuestras vidas a lo máximo, hacemos de las pequeñas cosas de la vida algo maravilloso y bueno e importante».                    Louise L. Hay

Que los ángeles acompañen tu camino.