Por Enrique M. Flores Pérez

En los años setentas que conocí a Tulum, no se sabía de este lugar tanto como sabemos ahora.

Por lo tanto, me siento muy contento de haber indagado entonces por mi cuenta lo que no se sabía pero que ahora es fácil tener acceso a esos conocimientos.

La primera vez que estuve ahí se me dijo que era un lugar de adoratorio que tenía vestigios de no haberse terminado de construir y que estaba cercado o fortificado para evitar invasiones..

Para mis escasos conocimientos de entonces, me pareció poco creíble que el sitio fuera un adoratorio, porque no tenía la forma y figura piramidal que caracteriza el estilo maya ni que la barda o defensa de menos de tres metros de altura fuera una fortaleza difícil de franquear.

Así que me di a la tarea inútil, gratuita pero agradablemente interesante de investigar. Lo hice muy paulatinamente y en varios años, con datos muy difíciles de resumir en estos cuantos renglones. Pero puedo concretarlos aquí.

El llamado Tulum no era su verdadero nombre (los invito a investigarlo) es el apelativo maya que denota “mal olor” , lugar apestoso (era un pantano de aguas podridas). El idioma maya es onomatopéyico: con sonidos pretende describir las cosas. Y todas las vocales son acentuadas. No hay agudos, graves ni los demás. Pronuncien Tulum con la nariz arrugada. Eso significa.

Era un lugar de comercio y puerto naviero, con realeza al mando y protegido por su ejército: la barda perimetral en forma de U (la playa cierra el perímetro), estaba construido por razones sociales y religiosas. Dentro vivían los miembros de la realeza, los sacerdotes y los principales comerciantes. Se les prohibía tener contacto cercano frecuente con el pueblo. La marca local que los separaba era esa barda, custodiada por su ejército.

Los mayas eran buenos comerciantes y navegantes de mediana envergadura: no tenían grandes embarcaciones ni eran los marinos excelentes como los incas o los egipcios. Eran comerciantes marítimos de cabotaje.

El lugar de influencia maya de los tiempos de Tulum era la Península de Yucatán y la ruta marítima comercial y de transporte de personajes (sólo los ricos podían costear la travesía) venía desde la costa de Belice hasta Ciudad del Carmen en Campeche.

Cuenta la leyenda, que no la historia, que los primeros españoles que conocieron la tierra firme americana desde Cuba tocaron Tulum y ahí fueron hechos prisioneros los que no lograron huir. Los que sí, lo contaron a los residentes cubanos. De ahí nació la ambición de los conquistadores.

El arrecife que ocupa el segundo lugar en el mundo por su extensión es el que está en la llamada Costa Maya. El primero está en Australia. Va este segundo desde Belice hasta Cabo Catoche. El arrecife, paralelo a la costa, era sumamente peligroso para las poco seguras embarcaciones mayas. Rozar el fondo de esas naves con el arrecife podría significar la muerte de los navegantes.

Frente a Tulum, el arrecife tiene una separación. Hay un espacio estrecho para cruzarlo de alta mar a la costa. Esto lo supieron los mayas y ahí, frente a ese paso, construyeron la ciudadela de Tulum.

Esta ciudadela es en realidad un faro. Viéndola del mar a la tierra, tiene en su piso inferior dos ventanas rectangulares simétricamente construidas. En la sala del edificio, la pared de esas ventanas tiene enfrente un hueco que da a la ciudadela. No hay pared paralela. Esto hace que, si ves las dos ventanas en el día desde el mar, puedes saber que estás en la dirección adecuada para llegar a la playa cruzando el arrecife.

En el piso superior hay, asimismo dos ventanas, más pequeñas y menos separadas, en un cuarto o recámara cerrada. Si ese cuarto lo llenas de leña y le prendes fuego, harás ver las ventanas en la noche desde alta mar.

  Si sólo ves una ventana y no las dos, no estás alineado. Hay que ver las dos para cruzar a salvo.

En Tulum, hay un templete que creo que le llamaron los actuales lugareños Venus o algo así. Antiguamente se decía que no estaba terminada su construcción porque había piedras como tabique en el techo situadas en forma desordenada, lo que hacía parecer un lugar semi construido. En realidad era un observatorio para predeterminar el clima. Esas piedras eran colocadas varias veces al día para apuntar la dirección y fuerza del viento. Sus datos constantes indicaban el estado actual y de futuro inmediato del tiempo climático.

Por cierto, Yucatán (o algo que se parece a ese sonido) quiera decir en maya “no entiendo lo que dices”, que fue la respuesta del maya a la pregunta del español “¿de dónde venís?» Y dieron los españoles por cierto que esos indígenas venían de un lugar llamado Yucatán.

En un lugar llamado Xel Ha (cheljá) cerca de Tulum hay una réplica física en miniatura de la ciudadela. Véanla.

Otras cosas, más interesantes que estas, se las contaré en otra ocasión. Como el porqué no hemos encontrado la unidad de medición de tamaños y distancias que tenían siendo que fueron unos constructores magníficos, de mediciones exactas de sus edificios. O porqué la inteligencia de sus gobernantes. O la estatura superior de la realeza comparada con la del pueblo.