Algunas veces te cuestionas acerca del amor y si algunas decisiones fueron o no equivocadas… Amado nuestro, no hay tal cosa como un error ante los ojos de Dios, recuerda, son aprendizajes y sólo aprendizajes, eso no cambia la sustancia del amor que es tu verdadera esencia. Nunca dejes de confiar en el amor, permanece en un estado casi
meditativo ante él y absórbelo, siéntelo y deja que haga su labor de transformación en ti.

En vez de eso los humanos quieren dirigir al amor, decirle en que dirección debe ir y que frutos debe dar. Observa, amado, si eso es a lo que has llamado amor y comprenderás por qué tu corazón ha aprendido a desconfiar. El Amor es en lo único que ciegamente
puedes confiar, sólo mantén en mente que todos ustedes están aprendiendo a amar. No dudes en volver a abrir una y otra vez tu corazón, a la misma persona o a cualquiera que cruce en tu andar, pues quien vive con Amor en su corazón sólo puede recibir amor a  cambio. Has de esto tu práctica espiritual diaria, con total desapego hoy a cada persona entrega una parte de tu amor y pronto comprenderás que no se agota nunca, pues quien a dar Amor se dedica, su reserva de abundancia es infinita.