Mi experiencia en un caso de Suicidio e Infierno
La razón más importante por la que se acude al suicidio como supuesta solución a los males es porque erróneamente se cree que al acabar con el cuerpo material se acaba con la vida. Pero la vida es continua, nunca se agota, podrá terminarse la función del cuerpo físico pero la Vida es de Dios y es eterna. Cuando la persona atenta contra el cuerpo de otra persona o contra el suyo propio, lo único que está haciendo es quitarle al alma la oportunidad de cumplir el tiempo que requiere para adquirir experiencias en el mundo material una vez que el individuo da “muerte” a su cuerpo físico, su conciencia sigue vigente, sólo que ahora en otro plano y sintiendo de manera más angustiosa la situación que lo orillo a interrumpir su estadía en el mundo material. Cuando amanece del otro lado, su frustración es pavorosa porque se encuentra confundido, con una zozobra terrible y se da cuenta que sólo se despojó de su cuerpo físico. Los pensamientos de angustia, los sentimientos y emociones y la desesperación que lo “empujaron” a acabar con su cuerpo no han desaparecido; ahora es más profundo lo que siente porque ya no tiene el cuerpo de carne y hueso que servía de amortiguador para su dolor.
Narración de una Vicky-aventura en relación al infierno
CORONILLA DE LA MISERICORDIA
Esta oración es poderosísima si se dice con el corazón y en el amor (hacer a un lado el miedo y practicar la certeza en Dios… la Fe absoluta y la confianza en que el resultado es el mejor para todos)
Usando una cuenta del Rosario empezamos con:
Padre Nuestro… Ave María… El Credo…
Al comenzar cada misterio decimos:
«Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.»
En vez de Ave Marías, en cada cuenta pequeña decimos:
«Por la Pasión dolorosa de Jesús, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.»
Al finalizar los cinco misterios de la coronilla decimos:
«Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.»