El piano en mi vida

Tia EstelaTe voy a compartir mi historia con el piano. Nací en la ciudad de México y tuve una tía abuela por parte de mi padre. La tía Estelita, sí, Estelita porque en México a los adultos se les refiere en diminutivo para expresarles cariño y respeto y así era como mis padres me acostumbraron a llamarla. La tía Estelita era una gran maestra de piano. Estudió en el Conservatorio de la Ciudad de México y toda su vida enseñó a tocar piano. Siempre había alumnos en su casa y cada año organizaba un recital que era ya tradicional para la familia.

Cuando cumplí tres años de edad, por supuesto que, para la tía Estelita, ya tenía edad suficiente y era mi turno para aprender piano. Era Ley para la tía Estelita que todo miembro de la familia supiera tocar piano. Nadie se escapaba (excepto mi papá… jajaja… nunca se dejó… se escapaba por la ventana, según cuenta).

Para mí fue una maravillosa experiencia porque todavía recuerdo mi cuaderno pautado con las notas escritas cada una de color diferente lo cual me permitía entender mejor (creo yo) de acuerdo a mi temprana edad. Para esos tiempos en que los sistemas pedagógicos todavía no se desarrollaban tanto, creo que era innovador lo que mi tía como maestra estaba haciendo. En mí dejó huella.

vipi 1967Entonces, mis padres nos trajeron a vivir a la ciudad de Guadalajara (México) en el año de 1967. Es decir, yo llegué a cumplir 5 años de edad a esta ciudad que me ha albergado, visto crecer, educado y hecho feliz desde entonces y cada día de mi vida.

Este es un fragmento de la foto del día en que dejamos la Ciudad de México y viajamos a Guadalajara. Así me veía. Pequeña, ¿no?

Imagina, pues, que llego a una ciudad nueva, extraña, a una nueva escuela, con vecinos nuevos, todo desconocido para mí, una niña de esa edad.

Cuando de grande pregunté a mis padres la razón por la cual no seguí estudiando piano, me dijeron que sí me preguntaron pero que ya no quise hacerlo. Y creo entender que mis miedos como pequeña niña y sabiendo que no era mi tía Estelita la que me enseñara por supuesto que me harían responder de esa manera. En fin. Así eran las cosas aunque siempre me dije que algún día aprendería de nuevo a hacerlo.

Durante la secundaria y la preparatoria tuve una maravillosa amiga quien me trajo momentos memorables y muy especiales para mí. Ella tocaba el piano MARAVILLOSAMENTE. Imaginen que a los 14 años de edad ella practicaba ¡4 horas al día! recuerdo que en la escuela pedíamos prestado el gimnasio, que era donde tenían medio hecho a un lado un viejo piano vertical, y nos permitían durante los recesos entrar a que ella practicara. Y llegué a escucharla practicar y estudiar a Brahms, Schubert, Vivaldi… ¡las 4 Estaciones! ¡wow! era miel para mis oídos y ¡los conciertos de Brandemburgo! todos ellos me traen hermosos recuerdos de una etapa muy linda de mi vida. Ella tocaba y yo me sentaba a leer algún buen libro. Disfrutábamos verdaderamente esos momentos.

Mi abuelita Panchita

Mi abuelita Panchita

A través de mi vida he soñado que toco el piano hábilmente. Siempre pensé que eso era mera ilusión. Cuando leía algunos mensajes de mis ángeles, a veces me decían «pon atención a tus sueños» pero nunca relacioné ese sueño recurrente con los mensajes. Seguramente porque no coincidían en el tiempo. Aunque siempre me decía a mí misma que algún día aprendería piano pero me veía haciéndolo ya en la tercera edad. ¡Al fin y al cabo mi abuelita aprendió piano ya siendo abuela! yo también podría hacerlo en una etapa más desocupada de mi vida.

Pues bien, la historia no termina aquí. El último maestro de mi hija me llamó a fin del año 2015. Yo percibí que, como todos los maestros independientes, estaba buscando completar su agenda de estudiantes del siguiente año pero mi hija en ese entonces había decidido dejar de tocar piano tal vez indefinidamente. A mí me llegó un profundo sentimiento de protección y ayuda pues es un joven muy agradable y muy buen maestro de piano. Yo sé que ellos necesitan del apoyo financiero para poder cubrir sus gastos sobre todo siendo todavía estudiantes. Y, en mi afán de ayudarlo y, al mismo tiempo de decidir hacerlo de una vez por todas, dí el paso y comencé a asistir a clases con él en enero del 2016… ¡a mis 53 años de edad! ¡finalmente comencé!

angel-1 miguel

En esos días estaba acomodando mis notas y diarios de experiencias angelicales, canalizaciones y sueños. Abrí al azar una de las libretas justo en una nota del año 2011 que decía: «soñé que el arcángel Miguel me decía que aprendiera a tocar el piano».

¡Nuestros ángeles y guías siempre nos guían hacia dónde podemos ser felices! ¡cuánto tiempo me llevó tomar la decisión!separador notas musicales

Fernando Romero es un joven que me ha enseñado a disfrutar el piano. Para mí, su clase contiene principios básicos para asegurar que mi postura completa es la que más comodidad me dará para largas jornadas de práctica y para producir los mejores sonidos. Así puedes tocar todo el tiempo que desees con la mayor eficiencia.

clave de sol2Al principio, yo no entendía ni siquiera el nombre de cada tecla. Tenía que contarlas para saber cómo se llamaban. Ya sabes, ¿no? “do, re, mi, fa, sol, la si” (jajaja) pero Fer me sumergió en la aventura de un método muy sencillo de seguir y en la primera clase ¡ya estaba leyendo notas!

En pocas semanas descubrí el nombre de cada tecla sin tener que contarlas una a una porque me explicó en una manera muy sencilla qué son los acordes y cómo funcionan las progresiones¡¿progresiones?! ¡si eso lo ven en semestres avanzados en la universidad de música! sí, así es pero no tengo que ser una profesional para explorar de una manera fácil la maravillosa aventura del piano a través de una muy simple manera de hacer y entender progresiones. ¡Entendí muchos conceptos con esto que me enseñó!

piano guitarraCuando llegué a mi clase el primer día, me preguntó de cuánto tiempo disponía para estudiar a diario. Yo le contesté que 20 minutos porque de verdad que mi tiempo estaba saturado. Ahora, busco cada momento para practicar la diversidad de ejercicios fáciles y divertidos que me enseña. Los domingos me deshago del mundo y me siento a disfrutar mi piano. A veces me siento ya un poco cansada y me doy cuenta que ¡han pasado más de 4 horas de práctica! Así de emocionada estoy. Entre semana tengo reservado mi tiempo para practicar y no es negociable usarlo para otra cosa. Y, ¿te digo algo? nunca es menos de una hora… me hace muy feliz hacerlo. Por eso quiero compartir contigo esta experiencia.

Aparte de escalas, técnica de postura, método clásico, acordes y progresiones, estoy aprendiendo a través de tutoriales del internet mi primera canción: «Imagine» de John Lennon y, con los tips que me ha dado, me ha simplificado esta tarea. A 6 meses de haber iniciado, creo que apenas visualizo una pequeña parte de este gran mundo del piano. Me siento feliz y muy realizada.

Si te late, si tu corazón te vibra cuando leas esto, es porque te puede hacer muy feliz también a ti. No dejes pasar más el tiempo. Decide disfrutar esta experiencia tanto como yo lo hago ahora.

Fernando Romero – Clases de piano – en Guadalajara, México – Colonia Seattle

Cel. Whatsapp  +52 1 33 1623 5638              fernandoromal@hotmail.com