Todo, absolutamente todo sucede por alguna razón. Esta es una enseñanza que cuesta trabajo y dedicación aprender sobre todo cuando nos enfrentamos a alguna tragedia o algún dolor profundo de cualquier tipo. Pero, practicando en el ver la perfección de todo día a día, podremos verla también durante nuestros momentos de mayor dificultad. Es así como aprendemos a confiar en la Vida. Llegamos a entender que, a pesar de que no nos guste alguna situación, la Vida nos está conduciendo a través de esta experiencia hacia una dirección más apropiada y beneficiosa.

Por eso, todo… siempre… es perfecto… y, siempre… siempre… me lleva a un mejor estado de conciencia… ¡claro! sólo si yo deseo elevar mi conciencia y mi espíritu aprovechando la ocasión… aunque requiera de todas mis habilidades… aunque requiera de toda mi fortaleza…

Que los ángeles acompañen tu camino.