Para encontrar un amor verdadero, primero debo encontrar a un amigo o una amiga verdadera. El compartir la vida con un verdadero amigo o con una verdadera amiga quien me acompaña siempre, me escucha, aconseja y participa en los eventos importantes de mi vida, es una de las mejores experiencias que puedo tener como ser humano. Podrá el mundo caerse en pedazos, haber mil problemas en mi hogar o con mi pareja o mis hijos o mi familia pero la presencia de un verdadero amigo en mi vida es de valor incalculable y sana mi alma cuando me acompaña siempre para reír o para llorar o simplemente para abrazarme y darme ánimos.

Si tengo un verdadero amigo, entonces ya conozco el gran tesoro de la amistad. Si me he olvidado de él o de ella, nunca es tarde para continuar con la amistad pues los verdaderos amigos siempre estarán dispuestos a quererme. En la verdadera amistad no existe ni el tiempo ni el espacio. Podrá pasar mucho tiempo sin tener contacto con un amigo pero en el momento de volver a encontrarlo sentiré que todo es igual, como si hubiera sido ayer.

Si eres capaz de ser un buen amigo, eres capaz de amar… Practica y verás.

¡Que los ángeles acompañen tu camino!