La calidad de nuestra vida está en proporción directa a nuestro compromiso con la excelencia.

Vince Lombardi decía: «¿Estás comprometido con la excelencia en todo lo que piensas, dices y haces?»

Sí, la excelencia también incluye pensamientos y palabras. No sólo acciones. ¿Son tus pensamientos y tus palabras excelentes? ¿y tus acciones, también?

Por cierto, esto no quiere decir que no te equivoques jamás pero sí que permanentemente busques corregirlos y, muy importante: no confundamos «excelencia» con «perfección». La excelencia es posible lograrla, la perfección probablemente no.

¡Que los ángeles acompañen tu camino!