Abrazo el cambio sin resistencia
Cambio… una palabra tan pequeña y, aún así, tan poderosa. La mayor parte de los seres humanos somos criaturas de hábitos. Hacemos lo mismo y tenemos casi la misma rutina casi todos los días. Repetimos los mismos pensamientos y conservamos las mismas creencias.
Cambio… ¿cómo te hace sentir esa palabra? Tantos de nosotros nos resistimos al cambio en la vida, en nuestro lugar de trabajo, en ser padres y hasta en nuestra forma de pensar y de tener emociones.
Cargamos creencias que crean resistencia al cambio. Tal vez te dices a ti mism@ «no puedo hacer eso» o «es demasiado trabajo y el tiempo no es suficiente». Algunas ocasiones incluso podemos usar a los demás como excusa para no hacer cambios o mejorar nuestra vida. Les entregamos nuestro poder como cuando decimos «mi esposo(a) no me permite» o «la suerte están contra mí» o «ellos tienen que cambiar primero».
No permitas que tu miedo o tus excusas te detengan. El cambio no es malo. Por supuesto, un reto es un reto, no es fácil y hay que dedicarle esfuerzo pero vale la pena. Al principio tal vez es incómodo salirnos de nuestro espacio de confort pero luego te acostumbras y comienzas a sentirte mejor cada día. Esos miedos y tu resistencia al cambio son esencialmente lo mismo a que si te dijeras que no eres suficientemente bueno.
Elige no estar atascad@ y decreta: «deseo liberar el patrón de pensamiento de mi consciencia que está creando esta situación» Comienza a tomar de nuevo tu poder disolviendo el problema que tú mism@ ayudaste a crear.
Si no estás list@ para hacer grandes cambios, está bien. Comienza con pasos muy pequeños.
Afirma diariamente: «La vida me trae solamente agradables experiencias. Estoy abiert@ a nuevos y maravillosos cambios».
¡Que los ángeles acompañen tu camino!