Honro la realidad de mis emociones
Imagínate que te enfrentas a un divorcio o separación, que te han echado del trabajo o que alguien cercano a ti se ha marchado para no volver. ¿Cómo te sentirías? Naturalmente te sentirías muy triste, muy nervioso o con miedo ante la incertidumbre. ¿Por qué pelear contra esto?
Precisamente las personas equilibradas no luchan contra sus emociones, sino se mantienen a su lado escuchándolas. Es decir, comprenden que cómo se sienten forma parte de los acontecimientos y que la tristeza cumple su función. Por esto, dejan de sus pensamientos fluyan y desanuden sus emociones.
Esta forma de manejar el interior de uno mismo facilita que una persona no se vea atrapada por sus emociones y que estas no frenen su futuro o destrocen su pasado. No aceptar nuestras emociones con normalidad genera que éstas tomen significados negativos y que estos se apeguen a nuestras historias.
¡Que los ángeles acompañen tu camino!