Todos tenemos patrones de comportamiento y pensamiento familiares, y es muy fácil para nosotros culpar a nuestros padres, nuestra niñez o nuestro entorno por la condición presente de nuestras vidas.

Si crecimos en una familia donde la crítica era la norma, entonces vamos a ser críticos como adultos. Si crecimos en una familia en la que no se nos permitía expresar enojo, entonces probablemente estamos aterrados de la ira y la confrontación, y la tragamos y dejamos que resida en nuestro cuerpo. Si nos criamos en una familia en la que todo el mundo fuera manipulado por la culpa, entonces probablemente vamos a ser de la misma manera que los adultos. Probablemente corremos diciendo «lo siento» todo el tiempo, y nunca podemos pedir nada directamente. Sentimos que tenemos que ser manipuladores de alguna manera para obtener lo que queremos.

A medida que crecemos, comenzamos a vivir estas ideas falsas y perdemos el contacto con nuestra sabiduría interior. Debemos darnos cuenta de que podemos ir más allá de las limitaciones de nuestra familia. Somos nosotros los que sufrimos cuando nos aferramos a agravios pasados.

Damos poder sobre nosotros a las situaciones y a las personas en nuestras vidas y estas mismas situaciones y personas nos mantienen mentalmente esclavizados. Continúan controlándonos cuando permanecemos atrapados en la «falta de perdón». Necesitamos dejar de lado las creencias que nos hieren. Esto nos permite liberarnos del ciclo innecesario de dolor, enojo y recriminación que nos mantiene aprisionados en nuestro propio sufrimiento y nos impide crear relaciones positivas y afirmativas con nosotros mismos y con los demás.

Si queremos ser aceptados tal como somos, tenemos que estar dispuestos a aceptar a los demás tal como son. Siempre queremos que nuestros padres nos acepten totalmente, y sin embargo, a menudo no estamos dispuestos a aceptarlos tal como son.

La aceptación es darnos a nosotros mismos y a otros la capacidad de simplemente ser. Es arrogante establecer estándares para otros. Sólo podemos establecer estándares para nosotros mismos. E incluso entonces, queremos que sean más como pautas que estándares. Cuanto más podamos practicar la autoaceptación, más fácil será abandonar los hábitos que ya no nos sirven. Nos es fácil crecer y cambiar en una atmósfera de amor. Debemos esforzarnos por amar a los demás, por perdonar sus conductas pasadas, y para hacerlo, primero debemos aprender a amarnos y perdonarnos a nosotros mismos.

Afirmaciones para ascender por encima de los patrones familiares

• Bendigo a mi familia con amor.
• Permito que otros sean ellos mismos.
• Yo tomo mis propias decisiones.
• Todas mis relaciones están envueltas en un círculo de amor.
• Tengo el poder de hacer cambios.
• Libero todas las heridas viejas y me perdono a mí mismo.
• Dejo ir viejas limitaciones familiares y despierto a la Divina Armonía
• Todas mis relaciones son armoniosas.
• Tengo compasión por la infancia de mis padres.
• Libero todas las críticas.

Fuente: Louise L. Hay

¡Que los ángeles acompañen tu camino!