Nunca les vas a poder enseñar a los demás cómo vibrar, ni querrías cambiarlos para que vibren justo como tú.

Tu trabajo no es arreglarlos; no están rotos.

Tu trabajo consiste en elegir, entre todo eso, aquello que te haga sentir mejor y afianzarte a ello mientras te brinde placer y alegría. Y, al hacerlo, te alinearás con la Energía de tu Fuente y vivirás una experiencia magnífica.

Sólo debes dejar que tu alegría no dependa de lo que vive otra persona porque eso te mantendrá atrapado todo el tiempo que lo permitas.

¡Que los ángeles acompañen tu camino!