La Navidad no tiene que ser perfecta

Crecer es atreverte a elegir diferente, aunque nadie antes lo haya hecho.
No debes cumplir expectativas que te desgastan, no debes forzarte a estar donde tu alma se contrae.
Este diciembre puedes elegir de otra forma, con tu verdad, con calma y con la libertad de no forzarte a cumplir expectativas que te lastiman.
Estas fiestas no necesitan ser perfectas, solo necesitan ser sinceras contigo.

La herida más común en diciembre: Seguir fingiendo que todo está bien
La forma más amorosa de celebrar: Honrar tu paz
La tradición más importante: Elegirte
El duelo más silencioso de diciembre: Aceptar que no todos estarán
El amor más honesto: Decir «no quiero» sin culpa
La cena más sana: Esa donde te sientes en paz, aunque estés sola
La costumbre más difícil de soltar: Convivir por obligación
El acto más rebelde del alma: Hacer las fiestas a tu manera
El gesto más compasivo contigo: Permitir sentir lo que sientes

La culpa más vieja del linaje: No disfrutar si otros no pueden
La práctica más sanadora: Respirar antes de responder
El acto más profundo de madurez: Dejar de buscar aprobación en la mesa familiar
El brindis más honesto: Por lo que soltaste, no por lo que fingiste
La herida más sutil: Creer que amar es aguantar
La magia más real de la Navidad: Sentirte en casa dentro de ti
La frase más sanadora de diciembre: No tengo que estar para ser amada

El regalo que más sana: Perdonarte por no cumplir expectativas
La herencia que más urge romper: Confundir amor con sacrificio
El cierre más profundo del año: Soltar el personaje que usabas para ser aceptada
La manera más noble de comenzar el nuevo: Elegirte sin culpa una y otra vez
Fuente: Daniela Rivera
¡Que los ángeles acompañen tu camino!
