Ser una pareja perfecta no significa no tener problemas, sino saber solucionarlos.

Así, amar es, de alguna forma, estar enamorado de nuestras diferencias. Mirar lo bueno y lo malo de nuestra pareja sin anestesia.
Todos sabemos que la pasión y el encaprichamiento del enamoramiento no duran más allá de unos meses. Precisamente, es el amor lo que perdura, pues el amor verdadero es aquel que cultiva el compromiso, la atracción y la intimidad.
El amor se construye sobre los cimientos del bienestar conjunto e individual, fomentando el crecimiento personal de cada uno y minimizando toda vulnerabilidad emocional que esté presente en nosotros.
Como ya sabemos, amar no solo es felicidad, también es estabilidad, confianza, protección, crecimiento e incondicionalidad. Eso es lo que lo hace completo, único y verdadero al querer.
Digamos que allí donde amamos y donde nos aman está el lugar más bonito del mundo. Porque ahí residirá la ternura, las melodías, la confianza, la sinceridad, el valor, el tú y yo, el mañana y siempre y el soy feliz si tú lo eres. En definitiva, que donde hay amor, el corazón escucha su música favorita.
Por Raquel Aldana