¡Oh, Señor! fuerte y dulce
Alto y Glorioso, soberano y justo,
lleno de Gracia y clemencia,
yo me inclino ante ti,
me presento ante Tu Majestad
e imploro tu misericordia y bondad.
Dígnate a escuchar mis plegarias;
Bendice, te lo ruego, esta casa
por tu Virtud Todopoderosa.
Es la gracias que te pido,
en el nombre de tu Hijo
que reina contigo y del Espíritu Santo
por los siglos de los siglos. Amén.