Cuando vibras puramente, sólo obtienes lo que coincide con eso.
Es tu ambivalencia: “Me gusta eso pero no me gusta eso … Me gusta eso pero no me gusta eso …” eso mantiene lo que te gusta y lo que no te gusta venir a ti todo el tiempo. No tienes que “poner la otra mejilla” cuando estás en armonía vibratoria solo con lo que quieres. Entonces, sólo lo que quieres viene.