Me muevo hacia nuevas aventuras sabiendo que siempre estoy a salvo
Asumir riesgos puede ser una de las cosas más controversiales que, como seres humanos, nos puede ocurrir puesto que ello encierra salir de nuestra zona de confort, encierra la posibilidad de perder algo que puede ser valioso, encierra la posibilidad de generar cambios que, si todo sale como esperamos, será fantástico, pero si no, esos cambios pueden transformar nuestra vida de forma poco favorable.
A partir de esto, muchas personas no son capaces de asumir riesgos, mucho menos cuando éstos son grandes porque están cargados de miedos, de pensamientos paralizantes, de vocecitas internas que les hablan de que estar como están no está tan mal y para qué arriesgar la poca estabilidad o comodidad que se tiene por algo incierto… y, en consecuencia, hay quienes pasan su vida sólo con el temor de generar cambios, de arriesgar, de esforzarse más y, sobre todo, de perder.
Este tipo de personas se queda siempre en donde está, no avanza, no crece, se resigna a vivir con lo mucho o lo poco que tiene, pero no se siente impulsado a tomar acciones que demanden riesgo alguno. Prefieren vivir en lo conocido aunque esto no aporte exactamente lo que quisiesen para sus vidas.
Muchas veces, personas que, en algún momento de sus vidas, fueron arriesgadas, pero por algún motivo ese riesgo se tradujo en pérdida, pasan por una especie de trauma que los hace pertenecer a ese grupo de personas temerosas ante los riesgos y esto puede resultar más frustrante aún porque saben de antemano que se quedarán donde están hasta que su actitud ante la vida no cambie.
El mayor riesgo es no correr ningún riesgo. En un mundo que cambia muy rápido, la única estrategia que garantiza fallar es no correr riesgos”. ― Mark Zuckerberg
Sabemos que la zona de confort no siempre hace honor a su nombre porque en muchos casos no resulta para nada cómoda sólo que nos hemos acostumbrado a ella y nos asusta pensar que la estabilidad que representa, sea poca o mucha, pueda verse amenazada… aunque estemos internamente deseosos de salir de allí persiguiendo todos nuestros sueños, nuestros proyectos y hasta nuestros amores.
Lo mejor de la vida está cruzando una línea imaginaria, saliendo de esa burbuja, lo mejor de la vida se obtiene a través del riesgo, las sorpresas más maravillosas no nos tocan si no lo permitimos…